
Fuente: Política
El infatigable ir y venir de Vicente Díaz entre Barbados y Oslo tenía un solo objetivo: aportar a lograr un acuerdo “serio” y a largo plazo como el que necesita Venezuela para salir de esta crisis inédita y multifactorial que hoy vive.
Prefiere ver matices en lugar de blancos y negros, no gusta de etiquetar a la gente y prefiere hablar de racionales y fundamentalistas en lugar de radicales y moderados. Con los fundamentalistas no se puede razonar, está claro, pero aspira a que los racionales consigan ponerse de acuerdo.
Tres reuniones, una agenda de propuestas, contrapuestas y contracontrapropuestas quedaron servidas a la espera del turno de la racionalidad. El exrector del CNE y miembro del equipo negociador de la oposición conversó con un medio comunicacional sobre lo ocurrido en Barbados y sobre lo que, cree, debe ocurrir en el país para salir de este atolladero.
-Todo el mundo se pregunta ¿qué pasó en Oslo y en Barbados? ¿Por qué no pudo avanzar el diálogo? El Gobierno ha dado su versión y la oposición la suya, pero desde adentro ¿cuál fue la razón determinante para que cesara la mediación?
-Bueno, lo que pasó fue que ellos se pararon. Te cuento rápidamente: hubo dos reuniones en Oslo para finiquitar los puntos a discutir, la agenda, las reglas del juego, las pautas. Una especie de código ético interno sobre el desempeño de cada una de las delegaciones y luego, cuando se acordó todo eso, se aprobó continuar en Barbados, por el tema de la facilidad de ir y venir. Nosotros viajábamos en un avión pagado por el Gobierno de Noruega, y la delegación del Gobierno viajaba en un avión pagado por el régimen de Maduro. Pero lo cierto es que tuvimos tres reuniones, en esas reuniones nosotros hicimos unas propuestas integral de los puntos principales de la agenda y ellos respondieron con mucha seriedad cada uno de los puntos, diciendo en cuáles estaban de acuerdo y en cuáles no, algunos con contrapropuestas y en otras no tenían acuerdo pero tampoco contrapropuesta.
Nosotros revisamos lo que ellos nos entregaron; lo discutimos internamente y el día que íbamos a presentar una contracontrapropuesta ellos informaron que no iban a asistir en protesta por las sanciones, cuando permanentemente habían repetido que ellos no se iban a parar de allí ni que cayeran bombas en Venezuela. Incluso alegaban que el mejor ejemplo de eso era Vietnam, que aún en pleno conflicto, las partes seguían discutiendo. Nosotros, estando allá, junto a los delegados de Noruega, recibimos la noticia de que ellos no asistirían. Les dijimos que, aunque estaban en su derecho, habían podido anunciarlo antes.
Luego de eso ellos alegaron que por el tema del Esequibo no podían continuar, cosa que es incierta puesto que en la agenda de diálogo hay un punto que se llama soberanía y sanciones, que creo que es el segundo o el tercero de la agenda, y en ese punto nosotros propusimos, en uno de los subpuntos, un acuerdo en respaldo de los derechos absolutos de Venezuela sobre su reclamo por el Esequibo. De manera que el cuento de que se pararon por lo del Esequibo es falso. Y eso está consignado por escrito. Ellos no pueden decir que no.
-¿Y qué piensa Vicente Díaz que un día después de negarse a continuar negociando en Barbados se produzca un acuerdo con un grupo minoritario de la oposición con puntos que de seguro formaban parte de esa agenda?
-Mira allí lo qué pasa es lo siguiente: el Gobierno siempre ha querido “normalización” pero no alternabilidad. Esa es la clave de porque no funcionó el diálogo en República Dominicana y tampoco se termina avanzando aquí, porque nosotros queremos que haya alternabilidad, y cuando decimos alternabilidad no es que se vayan del poder sino que estén dispuestos a disputarlo en elecciones reconocibles, limpias y justas para todas las partes.
Ellos nos ofrecieron acuerdos parciales de cambios en el CNE, liberar presos políticos, y a todo eso le dijimos que cualquier acuerdo tiene que pasar por una alternabilidad y que este país lo que realmente requería es un acuerdo a 20 años, es decir, salir de la crisis ahora pero luego un acuerdo de largo plazo para sacar al país de la postración. Y ni ellos van a poder solo ni nosotros vamos a poder solos.
-¿Se negociaba presidenciales o un gobierno de transición en Barbados? ¿Esa terminó siendo la piedra de tranca? ¿El Gobierno quería elecciones pero no presidenciales ?
-No. Ellos nos dijeron a nosotros que sí estaban dispuestos a presidenciales, pero sin sanciones. A lo que nosotros contestamos que ese tema es con Estados Unidos, que si llegábamos a un acuerdo integral podríamos hablar con los norteamericanos. Dijimos que estábamos dispuestos a conversar con quienes hubieran impuestos sanciones si ese era el camino para que en Venezuela haya elecciones limpias y libres, pero también entendiendo que los norteamericanos la razón por la que ponen sanciones no solamente por el tema electoral, es por eso y por la ruptura del estado de derecho, la ruptura del hilo constitucional, por la violación de los Derechos Humanos, por la censura de prensa. Es un tema global.
Con el tema de los presos políticos nosotros no queremos que existan y tampoco queremos que los usen como barajitas de cambio; entonces cada vez que hay negociación meto preso a alguien o a 200 para después usarlos como mecanismo de intercambio, porque eso es atacar el efecto y nosotros necesitamos atacar las causas y solamente presos políticos cuando no hay poderes independientes.
-Entonces Ud cree que está Mesa de Negociación nacional es : ¿un avance, una puerta para algo más o simplemente el Gobierno ganando tiempo?
-El Gobierno tiene tres objetivos con eso que hizo el lunes: el primer objetivo es tratar que la Unión Europea y Estados Unidos no apliquen más sanciones diciendo que están dialogando y conversando; el segundo, calmar sus demonios internos, porque tienen demonios internos que los presionan; y el tercero, poner a pelear a la oposición. Yo, en ese último no voy a caer. No voy a emitir opinión sobre los firmantes de ese acuerdo.
-En este último objetivo tuvo éxito
– Claro, porque el Gobierno llega a un acuerdo con cuatro partidos que tienen ocho diputados en el Parlamento. Eso es lo que tienen. Pero no solamente eso, convoca al cuerpo diplomático sin informarle para qué es. Esa es la razón por la cual los embajadores de la Unión Europea se paran y se van. Ellos pensaban que les iban hablar de la Revista Semana o de las fotos de ‘Los Rastrojos’ y se encuentran con esto. Entonces eso indica que el objetivo del Gobierno, no de los opositores que acudieron al acuerdo, no era resolver el problema sino un objetivo comunicacional y mediático. Lo que sí es cierto es que la capacidad de este grupo opositor para decidir dentro de la Asamblea es muy poca. Ese es un hecho objetivo, independientemente de si la intención de ellos era buena o era mala. ¿Qué obtienen ellos a cambio? Nada. La promesa de cambios en el CNE.
-Pero también el reconocimiento del Psuv al Parlamento. ¿Porque no será muy interesante ver a la primera dama y al presidente de la ANC en sus curules en un Parlamento presidido por Juan Guaidó?
-Lo que pasa es que reconocen el Parlamento pero sin quitarle el desacato. Es decir, lo quieren convertir en un foro político, en primer lugar, y luego, para ellos regresar a la AN no requerían ningún acuerdo, porque a ellos nadie les ha impedido ir al Parlamento. Esa fue una decisión unilateral de la fracción del Psuv. Así como decidieron retirarse siempre han tenido el derecho de reintegrarse cuando quieran. De manera que ese acuerdo firmado no significa nada.
Sobre el tema del CNE, los rectores tienen que ser nombrados por la mayoría calificada del Parlamento, es decir 112 diputados. Con los 55 del Psuv más los 8 diputados de los partidos del acuerdo no alcanzan siquiera la mayoría simple. Entonces difícilmente ellos pueden ofrecer eso como parte de un acuerdo. ¿Qué va a terminar pasando allí? Que si los nombres y el procedimiento no son los adecuados, va a terminar en manos del Psuv, porque va a terminar en manos del TSJ, que es del Psuv, porque de los 32 magistrados que lo integran 30 son del Psuv.
-¿Lo dice porque podrían apelar a la omisión legislativa y acudir a la Sala Constitucional de nuevo como en el 2003-2004?
-La omisión legislativa no le da facultades al TSJ de sustituir al Parlamento. Eso no existe. Eso es una atribución del Parlamento y se trata de una elección de segundo grado.
-Entonces ve poco viable que este acuerdo logre sacar un nuevo CNE
-No. Ellos van a lograr sacar de allí el CNE que le interesa al Psuv. A menos que el Psuv de verdad vaya al Parlamento con la intención de resolver.
-Es que dada la presión internacional y la necesidad de que le levanten las sanciones, ¿no sería ilógico que el Gobierno no intente cumplir el acuerdo?
-Voy a recordarte el origen de las sanciones. Las sanciones fueron impuestas por tres razones fundamentales: la primera por la elección de la Constituyente, porque esta fue convocada violando los procedimientos constitucionales y su elección fue violando el principio de sufragio universal. Esa fue una elección corporativa, lo cual viola el artículo 6 de la Constitución. Si tú entrevistas a cualquier constituyentista pregúntale cuántos votos sacó y ninguno de ellos sabe, porque el CNE no publicó los resultados de ningún centro ni ninguna mesa de votación, y no lo hizo porque si los publicaba iba a quedar en evidencia que ellos abultaron la votación total. Ese abultamiento, esa elección fue fraudulenta y desconocida por todas las democracias occidentales. La ANC tiene un pecado de origen que es su legitimidad.
Luego el TSJ toma la decisión de quitarle atribuciones legislativas a la Asamblea Nacional. Le hicieron al Parlamento lo que le hizo Fujimori al de Perú. La diferencia fue que Fujimori utilizó los tanques y en este caso el TSJ lo hizo mediante una sentencia. Eso originó toda la rebelión que hubo, el pronunciamiento de la fiscal general de República diciendo que se había producido un golpe de Estado en Venezuela.
Pero luego realizan la elección del 20 de mayo y en esas elecciones los cinco principales partidos de oposición, que eran, por cierto, los mismos que estaban negociando con el Gobierno en Dominicana, fueron inhabilitados. La Mesa de la Unidad Democrática, el partido más votado en la historia de Venezuela, que ha sacado más votos que el Psuv y que AD en su momento. Ese partido fue inhabilitado, y los otros cuatro que tenían delegados en República Dominicana fueron inhabilitados también. Es decir, que si hubiesen querido participar tampoco hubiesen podido. Pero además, el único candidato de oposición que participa, que es Henri Falcón, con el cual llegó a un acuerdo el gobierno; ese mismo candidato impugnó las elecciones el mismo 20 de mayo. ¿Y por qué impugna la elección? Porque le incumplieron con los acuerdos: los puntos rojos, por ejemplo, eso sin contar con las cadenas de Maduro ofreciendo un bono de 10 millones de bolívares para el que fuera a votar y eso se llama compra de votos y en el mundo entero es prohibido y, por supuesto, en la legislación venezolana también. Eso de por sí ya hace ilegítima esa elección. ¿Qué dice la comunidad internacional? Eso no se puede reconocer como democracia.
-¿Entonces es posible creer que dada la presión internacional, esta vez el Gobierno sí estaría dispuesto a escoger a unos nuevos rectores para abrir paso a un calendario electoral?
– El tema no se reduce solo a los rectores del CNE, sino también su estructura. No es lo mismo la situación que teníamos 4 años atrás cuando había 500 mil venezolanos en el exterior que a los cuatro millones y medio qué hay ahora a los que habría que garantizarle el voto.
Pero no solamente eso, todavía no ha sido siquiera resuelto el propio recurso de impugnación de Henri Falcón a las elecciones del 20 de mayo y el TSJ le restó tres diputado de Amazonas a la oposición…
-Caso que tampoco tiene una resolución …
-Exacto. Entonces no solo es los rectores del CNE sino todo el ecosistema institucional nacional.
-¿Venezuela necesita un gran acuerdo político no solo el cambio en algunas instituciones?
-Exactamente. Este país requiere construir, entre todos, una Venezuela democrática, próspera y reinsertada en los circuitos económicos internacionales. Eso no lo van a lograr ellos solos, nos necesitan a nosotros. Y nosotros tampoco lo vamos a lograr solos, los necesitamos a ellos. Entonces aquí hace falta un acuerdo de verdad. Serio. No esta viveza criolla, esta pelota Caribe que ellos juegan.
-Pero hay como un consenso en que el país se divide como en cuatro grandes bloques: los radicales de ambos lados y los moderados ¿Cuál terminará por imponerse? Da dolor la fiesta de descalificaciones mutuas cuando alguien se atreve a apostar por la paz o el diálogo o el entendimiento.
-Yo no creo que debamos dividir al país entre radicales y moderados. Si queremos dividir al país de alguna manera, aunque cualquier etiqueta siempre corre el riesgo de ser peligrosa, pero si tuviera que etiquetar posiciones políticas, y no a la gente, lo haría entre racionales y fundamentalistas. Tú con el fundamentalismo no puedes razonar porque parte de dogmas, de que yo tengo la verdad y todo aquel que piense diferente a mi está equivocado, frente a eso tú no puedes razonar. El fundamentalismo lo encuentras en todos los terrenos de la vida. Por ejemplo, el movimiento de liberación femenina, que es muy loable y que hay que apoyar, tiene sus extremos fundamentalistas. El movimiento de los ecologistas, con el que nadie puede estar en contra porque la ecología es precisamente la garantía de la continuidad de la vida en el planeta, también tiene sus ultrarradicales fundamentalistas que pretenden regresar a la época preindustrial, así también al fundamentalismo político y con ese tú no puedes razonar.
Hay sectores del Psuv y de la oposición que yo aspiro a que no sean fundamentalistas sino que sean razonables. Con esos sectores hay que tratar de hacerles entender que el Gobierno, durante 20 años ha intentado acabar con la oposición y no ha podido, y la oposición no puede dedicarse los próximos 20 años, si llegara al poder, a destruir al chavismo porque primero no va a poder y segundo porque este le haría la vida imposible y el país sería ingobernable. La única solución racional, no fundamental, es que los que razonan se pongan de acuerdo. Y se pongan de acuerdo no como quiere el régimen de Maduro, que es para yo permanecer en el poder 20 años más y tú puedas decir ciertas cosas, no, porque la alternabilidad es un prerrequisito de la democracia.
Nuestra posición es simplemente que el régimen esté dispuesto a disputar el poder en condiciones de libertad, de equilibrio de poderes y con todas las garantías, porque también entiendo que ellos tampoco van a dejar el poder si lo que les ofreces es que los vas a perseguir, los va meter preso, lo vas a linchar en una plaza pública, etc. Eso es un absurdo, nadie disputa el poder en esos términos y esos no son los términos que ha planteado la oposición ni en Barbados ni en Oslo ni en República Dominicana, en lo absoluto.
-¿Qué tan duro juegan en esas negociaciones China, Rusia y EE UU en este tablero geopolítico que ha resultado Venezuela?
-Lo que ha dicho Estados Unidos, tanto en público como en privado, es que respaldarán las decisiones que tomen los sectores democráticos de Venezuela. Lo mismo ha dicho la Unión Europea. Si los sectores democráticos representativos de la oposición venezolana llegan a un acuerdo, ellos lo van a respaldar.
-¿No cree que América Latina ha contribuido menos que la propia Europa a mediar en el conflicto ?
-Eso no se puede de ver en blanco y negro. Por ejemplo cuando algunas personas estaban hablando de que Venezuela requería una invasión extranjera, el Grupo de Lima se pronunció en contra. También han dejado claro su respaldo a una negociación entre el Gobierno y los representantes de Guaidó. Han tenido posiciones que no comparto al igual que Estados Unidos, por eso no me gusta poner las cosas en blanco y negro porque contribuye con la polarización.
-¿Personalmente cree que Venezuela necesita unas presidenciales o una etapa de transición?
-Venezuela necesita es salir de la crisis y la crisis es multifactorial: es económica, es social, es institucional, es de infraestructura y es política. Tú no puedes resolver el problema económico si no generas confianza en el país y en sus instituciones para atraer capital extranjero e inversionistas. Sin un reequilibrio institucional no podemos reestructurar la deuda urgentemente. Imagínate que si se levantaran las sanciones sobre los activos financieros de Venezuela lo que viene a continuación no es que Maduro o Guaidó van a poder contar con esos recursos, mentira, esos recursos van a estar congelados por decisiones de tribunales de un montón de acreedores que tienen juicios pendientes.
Para resolver el problema de Venezuela hace falta resolver el problema económico, hace falta confianza en las instituciones, equilibrio en los poderes, hace falta que la comunidad internacional diga en Venezuela hay democracia y eso solamente pasa por buscar una elección presidencial reconocida por todo el mundo, así la ganaran ellos.
Si no resuelves la crisis institucional y política no vas a resolver la crisis económica que es la que afecta al ciudadano.
-La diferencia entre una transición y unas presidenciales es que la carga política de las medidas no se comparte …
-Cierto. Una de las propuestas nuestras era rescatar una de las figuras que está en la Constitución que se llama Consejo de Estado y se trata de un consejo consultivo conformado por ocho miembros. Parte de nuestra propuesta era convertir este consejo en un consejo vinculante conformado paritariamente que condujera al país justamente para abordar esta situación.
Y también decimos que si las fuerzas democráticas ganaran las elecciones ellos también tendrían espacios de poder. Porque si no estarían contribuyendo a la inestabilidad e ingobernabilidad del país.
Entre nuestras propuestas estaba incluso crear un acuerdo intergeneracional. Es que Venezuela requiere para superar la pobreza un crecimiento sostenido durante 20 años y eso requiere 20 o 30 años de estabilidad política.
Requerimos un acuerdo a largo plazo y así lo propusimos.