El gobierno venezolano, liderado por el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, activó el Plan Independencia 200 en los estados costeros de Carabobo y La Guaira, como respuesta a lo que considera una posible agresión militar de Estados Unidos. El despliegue naval estadounidense en el Caribe ha sido interpretado por Caracas como una provocación directa y parte de una estrategia para forzar un cambio de régimen.
Padrino López acusó a Washington de “fabricar mentiras” y desplegar buques y aviones cerca de las costas venezolanas bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. El ministro aseguró que los ejercicios buscan mantener a las fuerzas armadas “dos o tres pasos adelante” de cualquier intento de intervención.
La tensión se intensificó tras el reporte de The New York Times, que reveló que el presidente Donald Trump habría cancelado los esfuerzos diplomáticos con Venezuela, ordenando a su enviado especial suspender todo acercamiento.
Con este movimiento, Caracas pone el músculo militar en escena y eleva el tono frente a lo que llama “la irracionalidad del imperialismo norteamericano”.

