
Félix Torres Cedeño tenía 30 años.
Migró desde Punta de Mata, municipio Ezequiel Zamora de Monagas, hace dos años buscando mejorar su calidad de vida y la de su familia en Venezuela.
El fin de semana falleció atropellado por una Gandola en Lima.
Torres trabajaba como repartidor para costear su vida, la de su mamá y dos hermanos que viven en Punta de Mata. El hecho en el que murió, ocurrió el sábado 25 de enero, cuando conducía la motocicleta de la empresa para la cual entregaba todo tipo de pedidos. Félix cruzó en una intersección y esquivó un vehículo que se le atravesó.
Al esquivar el automóvil no se percató de que venía una Gandola. Las cuerdas del bolso que cargaba sobre sus hombros quedaron enganchadas de la Gandola. Félix trató de soltarse, pero la velocidad del vehículo lo empujó hacia el pavimento y las ruedas de la unidad le pasaron sobre su cuerpo, dejándolo muerto en el sitio.
Las fotos de su cadáver tendido en el piso rodaron por las redes sociales y así fue como sus familiares en Punta de Mata se enteraron sobre el hecho.
Carlos Villanueva, su primo, dijo que en Perú está un hermano de Félix, que es quien inició los trámites legales para cremar el cuerpo y poder llevar sus cenizas a Monagas.
No será su cuerpo porque cuesta 5.000 dólares y la familia no tiene la cantidad.
Los amigos y demás compañeros de trabajo de Félix ayudan al hermano con los gastos.
En Monagas, el joven trabajó en la industria petrolera, al igual que su hermano mayor con quien vivía en Perú, pero cuando los ingresos bajaron decidió migrar.