
A cualquiera le resuelven en minutos un requiebro de amor
Miguel Ángel Quijada ha visto dos cosas en su vida: el mundo y las flores.
El mundo, porque ha recorrido Venezuela para buscarlas. Las flores, porque ha tenido ojos solo para ellas.
Llegados a este punto, debemos aclarar, cuando Miguel dice haber tenido ojos solo para las flores, es porque para él, flores y mujeres son lo mismo, la creación más excelsa del Señor. Así que, a su alrededor, el centro de gravedad es uno solo, flores-mujeres-amores.
Más las flores que los amores, ya que hace años está felizmente casado y su flor es única, no tiene comparación.
Con su hijo Moisés Alejandro Quijada y el socio comercial, Franklin Noel Mendoza, en la foto principal, conforman el equipo que, en la calle Petión de Tucupita, elaboran los arreglos más bonitos que tus ojos puedan ver.

Texto y foto: Francisco Pérez
1.- ¿Cuándo comenzó su amor por las flores?
M.A.Q.: Desde que tengo uso de razón. En realidad, toda la vida. Nací en Cocollar, lo mejor que hay, Las Piedras de Cocollar en el estado Sucre, de ahí me iba con papá a Caracas, a buscar flores para traer la alegría al pueblo, porque mi papá era conocido como el florero del pueblo.
2.- ¿Su papá le inculcó ese amor?
M.A.Q.: Sí, claro, de toda la vida, era un florero de tradición. Lo que se, lo aprendí de él.

3.- ¿Siempre ha vivido del negocio, por llamarlo de alguna forma, que heredó de su papá?
M.A.Q.: Ya tengo 45 años y nunca me he ganado una semana de trabajo en ninguna empresa, en ninguna parte. Siempre he vivido de esto. Y le digo que esto es algo muy bonito, tanto, que ahora enseño a mi hijo Moisés.
4.- ¿Qué representa una flor?
M.A.Q.: Las flores son muy bonitas y las rosas, como las que usted ve en mi establecimiento, hablan solas. Regálele una flor a una mujer para que usted vea. A su tía, a su mamá, a su hermana, a una amiga, para que usted vea la reacción que tiene, allí encontrará la respuesta.
5.- ¿Cuáles son las flores que más le compran?
M.A.Q.: Las rosas, normalmente las rosas, son las preferidas por los enamorados.
6.- ¿Después de ver tantas flores en su vida, no se ha cansado de ellas?
M.A.Q.: Nunca. Cada día se ven flores más bonitas. Cada día se enamora uno más de las flores. Las niñas que ve en la calle, se parecen a las flores que vendo, y eso hay que cuidarlo.
Me explico, una niña no se maltrata, se cuida y protege. Lo mismo ocurre con las flores, no las debes maltratar ni romper, porque, es como si rompieras lo mas bello de la naturaleza, la esencia del amor.

7.- Muchos dicen que, en el mundo moderno, tan materialista y digital, hasta cierto punto artificial, no vale la pena regalar flores, ¿qué les diría usted?
M.A.Q.: Yo les digo que sí, porque todavía hay personas detallistas. La flor es el detalle más importante. Y el detalle vale mucho.
Obsequiar una flor es distinto a llevar un pollo a la casa, la comida es algo rutinario, el día a día del hogar, pero, una flor no se le regala todos los días a una mujer. Es como un chocolate, es un detalle, ¿verdad? Y la vida sin detalles, el amor sin detalles no es amor.
8.- ¿Alguna vez alguien le ha devuelto una flor o se ha quejado de la flor que le compró?
M.A.Q.: A mí me regalaron una flor azul un día. -¿A usted?- Sí, a mí; me regalaron un arreglo en forma de corazón de rosas azules, y ese día me puse a tomar y me embriagué. Ese dia no vendí más.


9.- ¿Hasta cuándo va a seguir con este negocio?
M.A.Q.: Hasta que la muerte nos separé.