
La pesadilla de Gabriel Daniel Cuffaro Salazar, el joven vendedor de café atacado brutalmente en San Rafael, ha dado un giro decisivo: el agresor ha sido plenamente identificado, y su descripción coincide con la que Gabriel ofreció tras el ataque. Se trata de un hombre moreno, alto, fuerte, tuerto de un ojo y de cabello corto, cuya imagen ya circula entre los cuerpos de seguridad.
Una fuente policial confirmó que el sujeto estuvo preso en el penal de La Pica y posee un historial delictivo extenso, que lo convierte en una amenaza activa para la ciudadanía. “Sus antecedentes abundan en delitos de todo tipo. Debió estar preso. En la calle es un peligro”, indicó el funcionario.
Operativo en marcha
El individuo está siendo rastreado activamente por los órganos de seguridad del estado, y ya se tiene noción de las identidades de sus dos cómplices, quienes también están incluidos en el operativo de búsqueda. Las autoridades, por ahora, guardan silencio para no entorpecer las investigaciones.
Un ataque que estremeció a Tucupita
Según el testimonio de Gabriel, los agresores parecían disfrutar al infligirle las cortadas, como “demonios sedientos de sangre”. Expertos señalan que el nivel de violencia sugiere que estaban bajo los efectos de sustancias ilícitas, lo que agrava aún más el perfil de peligrosidad.
El caso ha generado conmoción pública, movilizando a un número importante de uniformados en la zona. Se espera que en las próximas horas se obtengan resultados concretos que lleven a la captura de los responsables.
Llamado a la ciudadanía
A cualquier persona que posea información sobre el paradero del agresor o sus cómplices, se le agradece la colaboración inmediata. La seguridad de Tucupita depende de que este individuo no vuelva a atacar.
Gabriel, joven trabajador y sostén de su familia, sobrevive por segunda vez a un ataque brutal, y su testimonio ha sido clave para encender las alarmas. La comunidad exige justicia, y las autoridades están bajo presión para actuar con contundencia.
Le falto explicar que tiene una cortada que lleva por el ojo tuerto