El ambiente político venezolano se calienta a fuego lento y el aroma a ambición huele fuerte.
El Movimiento Revolucionario Tupamaro, el otro peso pesado de la izquierda chavista, acaba de lanzar una declaración que resonará como una descarga eléctrica en las cúpulas del poder: ¡Quieren de vuelta el codiciado segundo lugar político del país!.
En una entrevista exclusiva con el corresponsal Frank Medina del portal Tane Tanae, los referentes de la lucha en Delta Amacuro, Ildemar Estrada y Juan Carlos Guerrero, no se anduvieron por las ramas.
La ocasión no es para menos: este 22 de octubre, Tupamaro sopla 21 velas de su existencia legalizada, esa legalidad que, según recuerdan con sorna, solo fue posible gracias al «empujoncito» del Comandante Chávez.
»Son 21 años de historia viva. Tupamaro sigue, la lucha no se detiene», sentenció Estrada, aunque el subtexto de la conversación era mucho más explosivo.
El partido, que hoy es dirigido a nivel nacional por el diputado Williams Benavides, fue en su momento el segundo partido más fuerte de la nación, justo detrás del hegemónico Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
»No se trata de participar, se trata de retomar el podio,» parece ser el grito de guerra. Guerrero y Estrada hicieron un llamado a seguir «construyendo desde abajo, con disciplina y amor por el pueblo», palabras que, leídas entre líneas, suenan a reorganización de bases y a un desafío directo a la estructura chavista que, según analistas, ha absorbido casi todo el espacio político del oficialismo.
La celebración de estos 21 años es solo la excusa para el despliegue. Estrada informó que este jueves 23 de octubre se desatará una ola de «charlas sobre el movimiento y su parte social» en todo el país.
En el rincón de Tucupita, el secretariado será el epicentro. En Casacoima, el «picante» estará a cargo del señor Luis Pineda y Jessica Díaz. Por su parte, en Pedernales, el concejal Leonardo Tirado tiene la misión de seguir «dando a conocer» al movimiento.
La pregunta que ahora arde en los pasillos de Miraflores es: ¿Está Tupamaro dispuesto a ponerle un tope a la hegemonía del PSUV y desatar una nueva pugna interna por el liderazgo de la izquierda venezolana?.
Las actividades de esta semana parecen ser el aperitivo de lo que podría ser un menú mucho más «picantoso» en el panorama nacional.

